Iglesia parroquial


IGLESIA PARROQUIAL

Con la advocación de Santa María, se edificó esta iglesia en la primera mitad del siglo XVI, y por la Orden de San Juan de Jerusalén, Priorato de Consuegra y algo antes de que a este pueblo se le concediera el titulo de Villa, (1557).

Al carecer de la fecha exacta de su construcción nos aproximaremos a ella jugando los siguientes datos:

Los grandes Priores de esta Orden en dicho siglo fueron:

― Don Diego Alvarez de Toledo entre 1515 y 1531.

— Don Antonio Alvarez de Toledo lo fue por el año 1570.

— Don Hernando, también Alvarez de Toledo, lo era concretamente en el 1576, y hasta su defunción el 21 de Octubre de 1591, y fuera enterrado en el convento de Carmelitas de Consuegra.

El escudo de los Alvarez de Toledo era: 8 puntos de azur equipolados a 7 de plata, (tablero de damas), y además barra en cabeza y 4 banderines a cada lado, en posición inclinada, rendida, que suponemos fueran trofeos, conquistas, del mismo número de batallas ganadas. Este escudo le vemos repetido en la bóveda del crucero y suponemos, deducimos, que con carácter fundacional.

Escudo de los Álvarez de Toledo





Escudo de los Álvarez de Toledo

Esta iglesia se levanta con mayores dimensiones que la anterior, que con la advocación del Cristo de la Vera Cruz existió en la parte baja de la calle de San Roque y esquina a la calle Veracruz, precisamente. Que hay que suponer que fuera la primera calle del poblamiento de este pueblo en el siglo XIII, según nos dice la Carta Puebla que trataremos después. Sólo he visto una mención a esta iglesia, en las Relaciones del Cardenal Lorenzana de 1785, que dice:

"en lo ynterior de su población ay dos hermitas descubiertas, aunque no profanadas, la una con el título de Veracruz y la Otra de San Roque "

Por toda La Mancha es conocida esta advocación de la Veracruz, debido a que los Cruzados de la Orden de San Juan, trajeron de Tierra Santa el mayor trozo de la Cruz del Redentor. La imagen, de gran tamaño, que presidía aquella iglesia, estuvo presidiendo también la sacristía de la actual, hasta 1936, que fue destruida como todas las imágenes. En la Parroquia de San José, de Puertollano, en su Altar Mayor hay un crucifijo de gran tamaño, con gran parecido a aquel. También hay que suponer que fuera de aquella nuestra iglesia primitiva, (de la que existe un trozo de muralla entre las casas números 4 y 6 de la calle de San Roque), la pila bautismal actual en la que hemos sido bautizados todos los villacañeros nacidos durante casi ocho siglos.

El estilo de nuestra iglesia, la actual, es gótico, con tres pares de columnas, entregadas en los muros laterales, distintas de factura cada par y de gran altura. El primer par es de fuste liso; el segundo, su fuste es acanalado, y el tercer par es auténticamente gótico, con columnillas embebidas.

Estos pares de medias columnas están unidos, en perpendicular a la nave, por fajones en arco de ojiva que dividen las bóvedas con sus nervaturas perfectas, que abren sus arcos menores en medio punto en todas las direcciones para sustentación de la bóveda formando dibujos preciosos, anudados, geométricos, que se van espesando más hacia el Altar Mayor.

La obra toda es de mampostería para enlucido en yeso, sí bien en un principio no se construyó el crucero que forman las capillas del Rosario y del Carmen, ni tampoco la del Cristo de la Viga, ni el coro, ni tan siquiera el Altar Mayor. Sería solamente un rectángulo más el pie de la torre, baptisterio, con dos puertas de acceso, las actuales, y sus dimensiones 38’65 X 11’60 m., que equivalen a 448’34 metros cuadrados (a efectos comparativos diré que un celemín de superficie, que fue siempre el solar de un silo, es de 470 metros cuadrados).









Interior actual de la parroquia

Y así estuvo nuestra iglesia, más de "cincuenta años", de forma rectangular, y estaba concretamente en el año 1560, en su semana "in albis", cuando paró en nuestro pueblo el rey Felipe ll, a los diez meses de su tercera nupcias y con 32 años de edad, cuando venía de regreso del castillo de Calatrava la Nueva, término de Aldea del Rey (Ciudad Real), donde pasó la Semana Santa, acompañado del Duque de Alba y de su Secretario, Gonzalo Pérez (padre del célebre Antonio).

"Así se sabe que dió un gran rodea para ir y volver: Almagro, Villacañas, Santa Cruz, Aranjuez, " y dice el Duque en carta fechada en Calatrava: "Sabe Dios lo que sienta la vuelta que quiere dar el rey y lo que he sentido el camino que he hecho".

“Después de llegado a parar a la mas mala casa y de peor aposento que hay en el mundo”. "Ansí es menester que sea para Semana Santa "; es decir, que el Duque entraba en los planes de penitencia del monarca, que no iba en plan de diversión, sino de vida seriamente cristiana.

Y hemos de suponer que el rey entraría en nuestra iglesia por razones obvias y también por la fecha; a menos de tres años de pasar nuestro pueblo a su jurisdicción real, con el título de Villa (12 de Mayo de 1557). También diez años antes al establecimiento de nuestro Registro Parroquial, (19 de Abril de 1570, con la inscripción primera en Bautismos, del niño llamado Juan, hijo de Alfonso Díaz y de María García. Estos Registros parroquiales, de bautismos, bodas y enterramientos, de tanta importancia social y administrativa, fue ordenado por el Concilio de Trento, clausurado en 1563. El Registro civil en nuestro caso, no se comenzó hasta el día 1” de Enero de 1871; es decir, que la iglesia se anticipó al Estado en esta función registral, 300 años y 9 meses.

En el libro primero de bautismos, la mayor parte de las inscripciones están ilegibles; la tinta se ha extinguido. En él estaría inscrito, en la década de los noventa, el después "renegado" villacañero Juan Rodelgo, que como Juan Rodelgas, figura de personaje principal con el gracejo y simpatía en sus declaraciones al Tribunal de la Inquisición de Canarias, (que le absolvió), en la Historia novelada "Los Cristianos de Alá"‛", que resume las aventuras terribles de los cautivos españoles en Argel, como pocos años antes las sufriera Miguel de Cervantes.

Con respecto al año de 1602, tercero del siglo XVII, en el que se hicieron las obras de ampliación de nuestra iglesia que voy a detallar, debo apuntar que los biógrafos cervantinos coinciden en que Miguel de Cervantes viajó por los caminos de La Mancha, entre 1600 y 1603, en cumplimiento de su misión de alcabalero, y por estas llanuras sin fin, despobladas y silenciosas, se inspiraría para su obra literaria "Don Quijote de La Mancha", que le obligaría a pedir en las posadas recado de escribir, para plasmar sus ideas, poniéndolas en boca de sus personajes, tan sabias y oportunas, relacionadas siempre con La Mancha y la filosofía de sus gentes. Su libro, gloria de la literatura universal, vería la luz en el año 1605.


PARROQUIA DE LA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA

"La Parroquia de Villacañas, hoy completamente remodelada al sufrir graves destrozos durante la Guerra Civil, dependía de la Orden de San Juan del siglo XVI. Fue reconstruida a Comienzos del siglo XVII por los alarifes toledanos Pedro de los Rios Lorón y Juan Herbías de Peralta, tracista también de la Obra. El Contrato fue firmado el 22 de Abril de 1602, tras recibirse la licencia real para la construcción de 10 de Diciembre de 1601.

Según las Condiciones adjuntas al contrato, (documento nº 459, e.p. Luis de Siles. 1602. A.H.P.T. Pr. 2746, F. 556), se levantarían la capilla mayor, las capillas colaterales a modo de crucero y la cabecera, con muros de mampuesto, cornisa corrida por el interior y ventanas en los testeros laterales. Se emplearía solamente sillería para los esquinales y las bóvedas serían de ladrillo, dobladas y tabicadas pero todavía de crucería. Se proseguiría también la Obra de la torre, con la escalera de caracol, y se decorarían las esquinas y vanos del campanario con dovelajes de piedra labrada. La tribuna se haría de madera, sobre dos columnas de piedra de Orden dórico y basas con un bocel "como el de la Viñola". La portada principal sería un arco de medio punto, con molduraje y fajas también de orden dórico, entre pilastras, y con un entablamento que imitara la portada del Concejo del pueblo. Por último, se harían las techumbres, tejados y se blanquearía todo el interior de la parroquia.








Puerta principal de nuestra parroquia

En 1603 se pagaba parte de la Obra, sufragando gastos el Cabildo de la Catedral toledana, pero no parece que para esta fecha estuviera acabada la obra del templo parroquial de Villacañas."

OBRAS DE AMPLIACIÓN EN 1602

Según vemos en Ios documentos fotocopiados y su transcripción de la Diligencia Real, firmada en Valladolid, el 1º de Diciembre de 1601, y del extracto de las condiciones adjuntas de aquel presupuesto para la obra a realizar, estudiado, transcrito y publicado por don Fernando Marías, nos informan fehacientemente de la ampliación de nuestra iglesia.

Vemos claramente leyendo este documento, que Ia iglesia se les quedó pequeña "a los cincuenta años de su construcción". Y observamos que eran entonces 700 los vecinos y que no cabían en ella en los actos de culto. Y como quiera que en el año 1576, según las Relaciones de los Pueblos de España de Felipe II, eran 500 los vecinos, vemos que este pueblo crece 200 vecinos en 25 años, que suponen 800 habitantes más; rápido crecimiento demográfico que debemos explicarnos debido a la inmigración de gentes norteñas, foramontanas, ávidas de tierras llanas y abiertas que cultivar y pastorear, consecuencia de la Reconquista, y sobre todo a la concesión de villazgo a nuestro pueblo, acaecida el 1557, día 12 de Mayo, (con 392 vecinos), que supondría la protección del Rey y su jurisdicción real, nombramiento de alcaldes, que eran dos; mero y mixto imperio (causas Criminales y civiles), la independencia de Consuegra y libre de sus trabas burocráticas y envarada jurisdicción de la que existe copiosa documentación en el Archivo de Simancas, y la limpieza de “criminales y golfines" que infestaban estos poblados y se guarecían en el monte de Borregas.

Por lo tanto había que ampliar la iglesia, y durante el tercer año del siglo XVII, se efectuaron las obras que consistieron en: construcción de las capillas de la Virgen del Rosario y de la del Carmen; la del Cristo de la Viga; el Altar Mayor y posiblemente el coro, de madera, que leemos en las condiciones que nos describe Fernando Marías. Mientras, en ese año de 1602, hay que suponer que volverían a celebrarse los cultos en la anterior Parroquia del Cristo de la Vera Cruz.

CAPILLAS DE LA VIRGEN DEL ROSARIO Y DEL CARMEN

Con la construcción de estas capillas quedaba hecho el crucero (¿?), a base, claro está, de abrir un gran hueco en las murallas laterales, que tienen un grosor de cinco pies, y hay que suponer que esa obra de apeo se efectuaría con suficiente apuntalamiento (siempre se ha dicho que la argamasa, el mortero de cal y arena con que entonces se construía, no era firme hasta los 100 años). Los mampuestos del derribo se aprovecharían en las tres nuevas murallas de cada capilla, y con un camón o cimbra gigante harían los arcos que cerraran por arriba las murallas laterales que sustentan la cubierta de toda la iglesia.

Vemos que en estos huecos de las dos capillas, llegan las claves de sus arcos casi a las ventanas, con jambas de columnas embebidas, que no dejan de ser un inconveniente estético y de luz, pues tapan parte de las vidrieras con el arranque del tejado, aunque evitaran la lima procedente y sus enojosas reparaciones por las goteras, de haber cambiado las aguas del tejado. Además denuncian estos arcos su posterior construcción, fijándose, ahora descubiertos, que encima de sus dovelas continúan un par de roscas de mampuestos, en vez de hiladas horizontales que sería lo normal en construcción primaria. Y para que el convencimiento sea total de que es obra posterior, que el interior de la capilla del Rosario, enrasa su muralla con el machón contrafuerte de la columna gótica, y en el exterior, por la puerta del Sol, el quiebro y la pegadura de muralla y machón.

También podemos deducir, (ya que esta exposición de supuestos son más bien un informe deductivo que historia real), que hasta entonces, la subida al púlpito que hemos conocido hasta hace pocos años, estaría lógicamente adosada a la nave, mediante escalera (en vez de la que se iniciaba por la capilla del Rosario, con pasamuro que hemos conocido), y estaría con barandilla pasamanos que sería de hierro en finos balaustres como los del mismo púlpito y los del comulgatorio de la capilla del Cristo, y la del Altar Mayor que era en forma de omega (ver foto), como recordamos los que ya somos mayores. Estos finos balaustres eran característicos del arte de la forja del siglo XVI.

CAPILLA DEL CRISTO DE LA VIGA

Y esta capilla que también fue construida en aquel lejano año de 1602 que estamos comentando, cambian sus murallas el enrase con los machones contrafuertes de la segunda y tercera Columna, que lo hacen por fuera, al revés que en la del Rosario, y el hueco para construir el arco fue de medio punto, en vez de las otras capillas del crucero que son en ojiva, apuntados, según vemos ahora con el picado del enlucido, que fue mayor que ahora, pues ha sido reducido en las últimas obras.

Hasta 1936, esta capilla era la del Sagrario (y hasta hace no muchos años cuando los villacañeros en general circulaban por la calle, se santiguan reverentes al pasar frente a la puerta del Sol). El comulgatorio era en semicírculo con la barandilla de hierro forjado, forrada de sabanillas de encaje y sobre poyo reclinatorio de piedra, varios altares barrocos, entre ellos el de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y la puerta era una reja en madera torneada, enorme, ocupando todo el hueco y hasta la clave del arco.

La cubierta difería, como ahora, de las otras capillas, pues desde su construcción tiene el mismo cimborrio, cúpula, que es de cúpula octogonal de media naranja, sobre anillo reducido y medallones (que tuvo) en el interior con los cuatro evangelistas, bellas cornisas y frontispicio de estilo renacentista.

Esta capilla de la que ya explico en mi libro "Villacañas y su historia" (1978), que fue destruida su cubierta, según nos dice el libro de cuentas de la Hermandad del Cristo de la Viga, en 1838, "de que este año hubo que celebrar el día 14 de Octubre la Función, en vez del dia 19 de Mayo, cuando la capilla estuvo compuesta del estrago de la causó un rayo".








Cúpula de la capilla del Cristo de la Viga

Recientemente he dado con los datos de la "exhalación" que tuvo lugar el "día 15 de Julio de 1837, por la noche, produciendo fuego en el capitel y maderaje del tejado y las llamas consumieron toda la parte combustible de la capilla y se sacaron precautoriamente las imágenes y altares de toda la iglesia y que no había forma de apagarlo por la altitud de las llamas“.

Esta capilla y la del Carmen están paralelamente juntas, pero con cubiertas independientes y desiguales de altura desde su construcción, y ambas se comunicaban hasta hace pocos años a través de sus murallas, por un pasadizo de unos dos metros, por donde el altar hornacina de Jesús Nazareno, hoy cegada.

Entre las murallas paralelas de ambas capillas dejaron un callejón de menos de un metro de anchura, que sería un inconveniente constante, y que así debió de estar desde su construcción en 1602 hasta 1837 (fecha del rayo), o después, cuando se cubrió dicho callejón, corriendo el tejado de la del Carmen, hasta la muralla de la del Cristo, que era y es más elevada, y pegándola contra la ventana y las dovelas de su jamba, que igualmente que los sillares de sus esquinales se ven de fina cantería y de posterior construcción, lo que nos indica que el fuego fuera de gran consideración al no poderlo atajar por la altura que tenía.

Su fiesta es el día 1º de Mayo y su vistosa procesión con los "Danzantes", sigue celebrándose entusiásticamente y con la pureza tradicional en todos sus detalles religiosos y profanos con masiva asistencia de forasteros. Sus danzas, música y colorido, son dignos de admiración.Vemos que en efecto, esta capilla del Cristo de la Viga, queda construida en el año 1602, si bien hasta el 1694, no se constituyó la Hermandad, aprobada por el Vicario diocesano, don Alonso de Arenas, según la relación confeccionada por el Párroco don José Joaquín González el 2 de Enero de 1855.

Hago la salvedad y admito la posibilidad de que esta capilla del Cristo de la Viga se construyera al tiempo que la iglesia, ya que no consta específicamente en el contrato de las obras de ampliación, (capillas colaterales, dice) del año 1602, a que nos estamos refiriendo. Sin embargo su cúpula octogonal, arcos torales, anillo reducido, etc. (y no digamos el molduraje de sus cornisas que hemos conocido hasta hace pocos años, de obra renacentista, que pudo ser hecho cuando la obra post-rayo), no corresponde en su estilo al resto de la obra primaria de la iglesia: rectangular, sin ábside, capillas, coro, crucero, etc.

En el año 2004, esta capilla fue enriquecida con un nuevo retablo realizado en madera tallada y que aloja la imagen del Cristo de la Viga flanqueada por cuatro cuadros en los laterales que representan escena de la fiesta del Cristo y también la bandera y el estandarte de la cofradía. En la parte superior, en otro cuadro, se representa el naufragio, que según la tradición, dio lugar a la fiesta del Cristo de la Viga. Este retablo fue bendecido por D. Antonio Cañizares Llovera, Arzobispo de Toledo, que presidió la Misa Mayor del 1 de mayo de 2004.


En 2008, se incorporaron al conjunto de la capilla del Cristo, los cuadros de los cuatro evangelistas, colocados en las pechinas de la cúpula a modo de medallones. Estos cuadros fueron pintados por la famosa artista cordobesa María José Ruíz

ALTAR MAYOR

Y nos queda la Capilla Mayor, pues también se hizo entonces según las condiciones adjuntas al contrato dimanante de la Diligencia Real, a fin de aumentar la superficie de nuestra iglesia para que Cupieran en ella más fieles villacañeros viejos y los nuevos que se iban avecindando con el crecimiento demográfico de este pueblo con el nuevo título de Villa.

Esta obra tuvo menos dificultades técnicas ya que la muralla testera que hubieron de apear, lógicamente carecía de cargas. En el centro de ella estaría adosado el Altar Mayor primitivo, y la construcción del nuevo no difiere en estilo y diseño del resto de la iglesia que se construyera "50 años antes", de que nos habla dicha Diligencia Real del 19 de Diciembre de 1601, por la que se hace la ampliación. Su bóveda igualmente gótica Sigue las mismas características del resto de los tramos en sus nervaturas. Incluso el arranque de éstas, al no haber columnas entregadas Sustentadoras, salen de las ménsulas en forma de maceta igual al tramo antiguo, y contiguo, (crucero), lo tiene en su final, en los vértices de los altares de los Sagrados Corazones, hoy Sagrario y Patrona.

Y así quedó nuestro Altar Mayor con su ábside que después quedó tapado al exterior en la siguiente obra, efectuada a los 131 años, que comentaremos posteriormente. El paramento de estas nuevas murallas del Altar Mayor, recibiría, no sabemos cuándo, el retablo barroco, que fuera destrozado en el 1936. Yo apostaría que su instalación fuera en 1733. Es posible que entonces fuera también el piso del Altar Mayor, elevado a plano superior y en forma de omega y con la barandilla que venimos comentando con sus bolas doradas en los terminales de tramo y que en la misma foto se puede percibir.

Y de esta forma quedó convertida nuestra iglesia en un templo mayor y suponemos que suficiente para aquellas necesidades del culto, y ya con la forma, su planta de Cruz latina, que es lo peculiar, con el nuevo crucero, aunque sin cimborrio, ni cúpula, ni linterna, ni arcos torales, etc.


TORRE Y TRIBUNA

También en aquellas grandes obras se tocó la torre, según el proyecto de la Diligencia Real, y vemos en el extracto de Fernando Marías que cita la escalera de caracol de la torre. Suponemos que sería de caracol "cuadrado" y adosada a sus paredes que es la actual. Y que también suponemos que arrancaría necesariamente desde abajo, es decir, desde el Baptisterio que es el pie de la torre, y ahí estarían las cuerdas de las campanas, y de ello hablaremos seguidamente en el capítulo del Coro. Como también la Pila Bautismal como en la actualidad, próxima a la entrada de la iglesia, por razones catecuménicas.

Las ventanas campaneras de la torre las vemos, en efecto, con dovelas en arcos y jambas, según mientan también las referidas "condiciones".

También la tribuna de madera, es decir el coro, sobre columnas de orden dórico, pudo construirse, y sobre todo con el fin que entonces se perseguía, el de ampliar la cabida de fieles, pero nada sabemos si llegó a realizarse entonces, que en tal caso se quitaría después, al hacer de obra, el actual coro.

Y de la portada principal, "con entablamiento que imitara la del Concejo del Pueblo", y aquel Ayuntamiento, el primitivo, que estuvo en la plaza del Concejo, donde la actual casa de Carmen Cepeda Morata, ignoramos como fuera, y las del actual carecen de detalles templarios.

El arco y dovelas que se observan encima de la puerta principal, sí se ven que iban destinadas a puerta más alta y con estilo, al que habrían de renunciar por el forjado — el piso ― del coro.

EL CORO

No sabemos cuando, al menos yo, se hizo esta magnífica obra, aunque la supongo del siglo XVIII, y que debió sustituir al de madera proyectado en 1601 que hemos estudiado. La escalera de acceso al mismo está abierta estratégicamente entre la primera columna y su contrafuerte y la del magnífico arco que le sustenta que tiene 9,60 metros de luz (11’5 varas), y su medio punto es tan rebajado, (punto hurtado se llama en arquitectura), que habría que perforar bastante en el Suelo para encontrar el centro de la circunferencia que describe. Es una obra de absoluta precisión y cálculo, además de bello, y por su estilo puede considerarse escarzano. ¿Verdad que se parece a los de la arcada del Ayuntamiento, o mejor, viceversa?.

La figura del forjado del piso de Coro, que quiebra su línea con dos salientes laterales de 2’75 metros, son precisamente, además de bellos, necesarios para la puerta de acceso al mismo, y donde acaba la escalera de caracol que entonces se hizo, se accede al coro por una puerta y por otra a la habitación de las cuerdas de las campanas y subida a la torre. Y esta habitación queda hecha entonces, al cubrir la capilla del Baptisterio.

El arco y las columnas que sustentan el coro están al máximo de distancia del testero que es la muralla del poniente, donde carga el forjado que es de 7 metros.

Esta línea quebrada de la embocadura del coro se complementa, en bello conjunto con la barandilla de hierro sobre escalón de piedra, que es una joya del arte de la forja del siglo XVIII.

En el alargamiento lateral opuesto a la entrada del Coro, estaba parte del órgano monumental que siempre conocimos, con sus baterías de tubos de la trompetería en escala que llegaba al techo, y otras en horizontal, y el penacho terminal del mueble se inclinaba reverente pegando a la bóveda.

También el escaño de madera en el Coro, en forma de U, sobre tarima, y en el Centro el facistol con sus libros enormes, donde se leía en Semana Santa y se cantaban los Salmos, Tinieblas y Misereres, apagando espaciadamente las velas (creo que eran 15), del triangular tenebrario, y cuando se apagaba la última comenzábamos la chiquillería a tocar las estridentes carracas.

Y en la noche del Jueves Santo, el tío Victoriano, alias “Lipa", cantaba desde allí con voz grave la sentencia, acompañado del órgano en tonos bajos y los tambores destemplados: "Yo Poncio Pilatos, Gobernador de la inferior Galilea…

Los alargamientos laterales del Coro vuelan por fuera del arco y se apoyan en las dos primeras Columnas, las de fuste liso, y cortaban su vano dos pares de ménsulas, en forma de molduradas en yeso, que complementaban la belleza del coro y la línea quebrada de su barandílla. Hoy le falta ese adorno y ese apoyo.

SACRISTIA

Esta obra, de la que siempre hemos dicho sacristía nueva, Sí sabemos la fecha de su Construcción, 1733, y posiblemente en igual año se hizo también la del coro, que hemos estudiado, que ambas son excelentes.

La sacristía vieja estaba a la derecha del Altar Mayor y ahora, quitado el enlucido, vemos la piedra labrada en arco que hacía de dintel de la puerta, que era muy estrechita, entre las columnas del maderamen que sustentaba el retablo. ¿Dónde estaría la primitiva sacristía? ¿Y la subida al suelo perdido?

La nueva sacristía se construye adosada al Altar Mayor, tapando el ábside, y doblada con el camarín de la Patrona, dejando el hueco donde siempre ha estado la imagen de Nuestra Señora de la Asunción.

La subida al camarín era de caracol, cuyo cubo vemos en la foto, tomada poco antes de la ampliación de la torre que seguidamente trataré.

Este Camarín tiene el artístico ventanal, Con jambas almohadilladas que forman columna y coronadas por pináculos arriba del vierteaguas que soporta el dintel. La reja es maravillosa a base de balaustres forjados, solamente verticales, de 11 nudos y cuatro artísticas palomillas en plano inclinado que la sustentan. Su belleza es extraordinaria y la primera pieza arquitectónico - artística de este pueblo.

Fue uno de los domingos de Febrero de 1954, por la mañana, sin más aviso, precedidos de nuestra Banda Municipal, por todas las calles del pueblo, se hizo con unánime aceptación la colecta y se recaudaron 172.000 pesetas y, — me acuerdo ― fue el Viernes de Dolores cuando se comenzaron las obras.

Por la foto vemos cómo era la torre y su estado. Además de baja y chata observamos que en su cubierta, el aguilón o caballete S.O. estaba partido y hacia él se inclinaba el templete, el chapitel de la veleta, que además soportaba el nido de cigüeñas.

La obra consistió en desmontar la cubierta y forjar un calculado emparrillado de acero y cemento sobre la terminal de las cuatro paredes, que sirviera de base y sustentación para su ampliación. De piedra, era un problema encontrarla igual, y el labrado de sillares y esquinales darían distinto color, y además costosísimo, y optaron por el ladrillo visto. Elevar, suplementar, una torre campanario no es nada corriente, y si arriesgado.

Y así se suplementó nuestra torre, torre mixta, torre bicolor, torre criticada, la más alta de todos los pueblos de esta zona Manchega, con 47’48 metros de altura con sus 16 ventanas, (el número de sus campanas elevadas al cuadrado), con sus 8 terrazas divididas y sus 8 esquinales con contrafuertes y pináculos herrerianos en noble piedra labrada que hacen un conjunto armonioso y complementario.

Los 8 balcones de las dos plantas se hicieron de tubos de vapor de las máquinas del tren, que se consiguieron de la Renfe y era Jefe del Servicio de Acopios, don Carlos Mouvet, que había sido aquí director del Ferrocarril de Villacañas a Quintanar. Construyó los balcones Venancio Montoya, así como el refuerzo y alargamiento del espárrago de la veleta. El arquitecto fue el diocesano García Luengo, padre del actual. El maestro albañil José Antonio Campos, el oficial Brígido Sánchez y el Cantero Claudio Casas; que por cierto este último tardó en ir a cobrar sus estipendios y ya se habían quitado los andamios y el no había medido su obra de Cantería, que contrató a tanto el centímetro cuadrado. Así, que no tuve otro remedio que, cargado de escalera, subirme a las azoteas para medir las superficies labradas. Lo más peliagudo fue tomar el perímetro de una de las bolas en que terminan los pináculos, sobre todo en la primera azotea.

Hizo de madera, entre otras colaboraciones, los patrones con el perfil de la cantería, Aurelio Romero (q.e.p.d.). El tejadillo de pizarra ayudó a colocarlo Emilio Sesmero, también difunto.

En los sitios que ocuparon las cuatro esferas del reloj de la Villa, por un descuido picaron tres de ellas. Por eso, solamente en la de Levante se pudo pintar la cruz Sanjuanista, la de ocho puntas, la que después adoptara la Orden de Malta.

Acabadas las obras suplementarias de la torre sobró dinero y don Román, todo celo y labor parroquial, lo dedicó a levantar dependencias para Acción Católica a Continuación de la capilla del Rosario, Sobre la sacristía vieja y la superficie que ocupara el cubo de la escalera de caracol de Camarín.

A los 47’48 metros de altitud de nuestra torre, hasta el pararrayos de su veleta podría aumentársele por el desnivel de la calle hasta el punto que se fijó la estación, el aparato topográfico, 11 centímetros, más otros tantos centímetros por el grosor de los dos solados que ya tiene la iglesia, para hallar el pie primitivo de la torre, que es la cota altimétrica de 665 metros sobre el nivel del mar en Alicante, además de vértice geodésico de segundo orden en la triangulación de España, a partir de la Base de Madridejos






Torre previa a la ampliación de 1954 (Cedida por Alberto Zaragoza)

OBRA DEL PICADO DEL ENLUCIDO

Esta última y costosa gran Obra ha tenido lugar en los finales de la década de los años setenta y principio de los Ochenta. Desapareció el enlucido de yeso de paredes y bóvedas, dejando al descubierto los mampuestos de las murallas que hubieron de rejuntar con Cemento, como así mismo las losas de piedra toba que forman la bóveda en las de dibujos más espesos, ya que las otras, las primeras entrando, son de bovedilla de yeso. Y con la misma piqueta desaparecen los medallones de la capilla del Cristo de la Viga en los arcos torales, con los cuatro Evangelistas, y también las cuatro ménsulas que sostenían el vano del alargamiento lateral del coro, que detallo más arriba.

También desaparecen entonces de la iglesia las imágenes, los altares, el viacrucis y las lámparas araña. Fue la segunda iconoclasia sufrida por esta iglesia. Se rebaja entonces el caballete del tejado considerablemente y Se tapan las hornacinas.

La desnudez de la iglesia es patente. En el Altar Mayor, ocupando el testero, hay un crucifijo, cubista (?), abstracto (¿), de tales dimensiones que se le podría llamar el Santo Cristo de la Desproporción. También hay unas lámparas de chapa taladrada que penden de lo alto de las bóvedas con gruesas cadenas, de un estilo que parece visigótico; imitan al tesoro de Guarrazar, es decir, de mil años antes que la construcción de esta iglesia. Del mismo o parecido estilo es el viacrucis.

La píqueta también se llevó el Altar Mayor de mármol y bronce, de tiempos de don Román, con su maravilloso templete expositor (foto ). Restos del magnífico comulgatorio es el atril actual (ambón,) para las lecturas, que nos da una idea de cómo era la balaustrada.

ÚLTIMAS OBRAS

Además de la instalación de la calefacción se ha puesto recientemente el nuevo piso que es de piedra natural serrada, de cualidades térmicas, que no es frío como el mármol o terrazo, y está perfectamente solado tanto en su unión entre piezas, casi imperceptible, como en su horizontalidad.

También se ha hecho en estos tiempos de don Gerardo las puertas de madera de la del Sol, que son una maravilla del estilo castellano, con casetones cuadrados, rectangulares y en gajos o dovelas imitando rayos del sol en su medio punto, de perfecto diseño y acabado. Ha sido obra de los artistas carpinteros Lorenzo y Juan Moreno, padre e hijo, de esta localidad.

La sonería y automatización del toque de campanas, también es obra buena y reciente.

Y los bancos, amplios, cómodos y consistentes, y de perfecto diseño anatómico.

También recientemente se ha renovado el cable de cobre de la bajada del pararrayos que está situado en la punta vertical y más elevada de la estrella que forma la terminal de la veleta, que se instaló cuando la elevación de la torre y que posteriormente habían cortado en algún tramo y cogido con yeso a la pared lo que anulaba su aislamiento necesario e imprescindible para la derivación a tierra.

El acabado de la capilla del Cristo de la Viga con su hornacina y altar para esta imagen y disposición para la instalación del Monumento.

La recuperación de los cuadros de grandes dimensiones, el Bautismo de Cristo y la Santísima Trinidad, su limpieza, repintado, y enmarcamiento, debido a laboriosas colaboradoras devotas villacañeras.

La adquisición del órgano electrónico.

El piso del coro entarimado en madera en sus más de 100 metros cuadrados, y los nuevos confesionarios, ambas obras también ejecutadas por Lorenzo y Juan Moreno.

Reconstrucción del Chapitel que soporta la veleta y saneamiento de su estructura.

El sobre—dorado del Sagrario y otras obras menores.

OTRAS OBRAS ANTERIORES

En 1931 se bajaron dos campanas y con gran artilugio dado su peso y tamaño, para llevarlas a refundir, y poco después ya fundidas, se volvió a colocarlas. Estas son las de la Asunción y la de San Antonio, que están: al poniente y la que le sigue hacia el norte; esta última llamada la ‘“gorda". La otra del norte, pequeña, sin melena es la de San José y Santa Bárbara (ora pro nobis), 'fundida el año 1733, es decir, también cuando las magníficas obras que he reseñado, del camarín, coro, etc. Y sólo nos queda la única del mediodía, que es la más pequeña, también sin melena, llamada señalera además de “‘Santa María". La misa primera que siempre se celebraba, en vez de llamarse misa de alba, se llamaba misa señal.

Estas campanas llevan siglos tañendo para los villacañeros, doblando a muerto, repicando a bodas y procesiones, alarmando a fuegos y todas juntas repicando en la Resurrección, y también con revoloteo de palomas y gorriones, pétalos de rosa, de humo de incienso y de “pangelinguas", en la del Corpus.

En el 1932 y siendo Párroco también don Antonio Gómez Trasierra, se puso el piso de mosaico, que colocaron los maestros Blas García Romeral y Jesús Pérez, en obra perfecta, con los terminales del dibujo rodeando en cenefas los altares. Este piso ha sido estupendo y así ha estado hasta muy recientemente y sobre él se ha solado el actual.

Hasta entonces (1932), estuvo el piso de la iglesia con lápidas sepulcrales y algo de baldosa roja. Dos hileras longitudinales de bancos, sobre largas esteras de pleita que se quitaban en verano. Sobre ella se sentaban algunas mujeres con movimiento de dos tiempos: primero de rodillas y después sobre la estera. Estas mujeres a falta de velo, se cubrían la cabeza con la cobija (la última de sus faldas). También había reclinatorios particulares.

En el Archivo Diocesano existen expedientes de otras obras. En el Legajo 4 del siglo XVIII. También en el Legajo 8 expediente 11 del siglo XIX, comprende las obras a efectuar por el incendio causado por el rayo que hemos tratado anteriormente.

En el Legajo 33 de dicho siglo, expediente 1, de fecha 21 de Marzo de 1880, se compone de la documentación de las obras a efectuar en las capillas del Rosario, Carmen y Cristo de la Viga, escalera del coro y blanqueo general de toda la iglesia. Hasta la obra del picado hemos visto la inscripción de haberse efectuado estas obras, a la izquierda del arco del coro, fechada en el año capicúa del siglo pasado. Este expediente consta de copiosa documentación e incluso de la solicitud de ella por el Ayuntamiento en Pleno, Memoria del arquitecto de Madrid y un magnífico plano de planta de la iglesia copiado al ferroprusiato.

CONCLUSIONES

Y esta es, a grandes zancadas por la historia, la vida de nuestra iglesia parroquial, con sus reparaciones, ampliaciones, reformas y aconteceres en el transcurso de los casi cinco siglos de su existencia, y al decir "nuestra" iglesia, pongo énfasis en la acepción que este posesivo tiene, que es una realidad de posesión, propiedad y pertenencia, colectiva claro está, que ha sido efectiva en las generaciones de villacañeros que nos venimos sucediendo desde entonces.

Y en estas meditaciones llegamos a considerar que a principios del siglo XVII tuvieron que ampliarla porque había crecido el número de vecinos de este pueblo a 700. Y ahora que estamos más de 3.000 vecinos, seguimos con las mismas dimensiones en nuestra Parroquia, salvando las diferencias eclesiales y pastorales con aquellos siglos.

Vemos por lo tanto que debe urgirnos la construcción de la nueva iglesia o ermita que nos proponemos los villacañeros actuales, que estimamos que es de necesidad perentoria, dadas las circunstancias del crecimiento del pueblo y sus viviendas de nueva planta, extendiéndose solamente en la dirección Poniente y Mediodía, y quedando la iglesia actual con el casco antiguo, bien distante en la dirección opuesta: Norte y Saliente, bloqueada su expansión por el ferrocarril y el cementerio.


Tomado del libro "Historia de la iglesia y ermitas de Villacañas" de D. Luis García Montes