Ermita de San Roque

Esta ermita fue reconstruida en el 1835 y sí es anterior a las Relaciones de Felipe ll, aunque carece de importancia arquitectónica y de esquinales sillares. Siempre tuvo en el paramento interior a la altura del zócalo, lápidas fúnebres recordatorias con inscripción; pero no debió tener en su interior enterramientos, salvo el del Presbítero Cristóbal Casas, fallecido el 10 de septiembre de 1840 y enterrado al pie del altar, según dice un mosaico encima de lápida de piedra.

Esta ermita está en la calle de su nombre en chaflán con la del Pozo de la Nieve y su ubicación se explica porque esta calle es nudo de caminos: la de Madridejos, Turleque y Tembleque, unidos en las Cuestas Blancas para coronar el puertecito (estamos en La Mancha), que constituye la elevación de la Sierra con las Cabezas, y que los tres bajan en uno ancho y hondo (por donde hay actualmente un bulevar), pasa al borde de la ermita de la Virgen y continúa por la calle de San Roque desde donde sale el camino de El Romeral por Colón y después a Lillo y al Corral de Almaguer, y siguiendo la de San Roque, a las Pueblas y después sale el de El Toboso. Es por lo tanto nuestra calle de San Roque , ancha y honda, un nudo de caminos, auténtica travesía, y sabemos que las ermitas extramuros están siempre a la par de los caminos, para la oración, la limosna, el "alivio de caminantes" y para las romerías.

Este camino de tantos pueblos seguía cuando acaba la Calle de San Roque, por límite norte de la Glorieta, donde el auditorio, y por las eras seguía a donde la fábrica "Mavisa", que está en dicho Camino a Villa de don Fadrique; con otra alternativa que es bifurcando el camino del Corral de Almaguer por la ermita de San Sebastián y el Matadcro, a empalmar con el de la Villa por la Güisquería.

DESCRIPCIÓN

Ermita de planta rectangular, de una sola nave, de acceso de arco rebajado al pie y sobre él una pequeña ventana.

En la fachada meridional posee un pequeño campanil de un solo ojo.

Esta totalmente revocada en color, diferenciando los recercados, esquinas y cornisas en blanco.

La cubrición se realiza a cuatro aguas.


Tomado del libro "Historia de la iglesia y ermitas de Villacañas" de D. Luis García Montes